Mejorando la relación entre alumnos y docentes

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Es indudable, generar un ambiente escolar armónico permite que los aprendizajes de los estudiantes mejoren.  Pero lograrlo no es una tarea fácil.  Entre los muchos problemas que agobian el ambiente educativo está la relación entre docentes y alumnos. Por qué acontecen estos conflictos? Hasta dónde pueden afectar negativamente al rendimiento académico? Quién debe liderar los cambios en positivo? Qué estrategias podemos emplear para mejorar la relación docente-alumnos y solucionar los conflictos que entre estos dos actores pueden aparecer? Trataremos de responder a estas interrogantes en este artículo.

En primer lugar, no hay nada mejor que vivir en paz, en armonía; esto, en el plano educativo, representa una ventaja comparativa enorme frente a ambientes hostiles, pues la calidad de los aprendizajes está ligada estrechamente a esta condición.  No podríamos disfrutar de un playa con oleajes turbulentos y ruidos ensordecedores; así mismo, no se puede disfrutar la enseñanza en aulas extremadamente ruidosas, donde el desorden campea.

Este clima se genera por la semejanza de propósitos entre docentes y alumnos.  Mientras los primeros requieren estos ambientes para que sus enseñanzas lleguen mejor a sus estudiantes; estos últimos los necesitan para recibir de mejor forma dichas enseñanzas.  Por qué surgen, entonces, conflictos entre ambos? Fácil.  Por lo disímiles de los objetivos de unos y de otros.  También, por la incapacidad del docente de liderar y establecer estos ambientes, regidos por su autoridad, con lineamientos claros de actuación.  Incluso, suele ocurrir por la falta de capacidad de los docentes también en el plano meramente pedagógico, bien sea por deficiencias didácticas o metodológicas o por una forma de ser y actuar reñida con lo que debe ser correcto.  Como propone el blog Entre Educadores, «la relación de docencia es una relación interpersonal pero no amical» entre maestros y alumnos.  Establecer distancias adecuadas permite administrar de mejor manera las emociones implícitas y sobrellevar los diálogos y controversias que puedan suscitarse por diferentes motivos.

En este aspecto, la tutoría juega un papel muy importante, puesto que «permite un mayor conocimiento personal entre el alumno y el profesor» (www.consumer.es).  En España, la Ley Orgánica de Educación (2006) considera que una de las funciones primordiales de los docentes es «la tutoría de los alumnos, la dirección y la orientación de su aprendizaje y el apoyo en su proceso educativo, en colaboración con las familias».

Siempre, el docente tendrá la posibilidad y la mayor responsabilidad de evitar y resolver los conflictos que puedan producirse en sus clases.  Para esto, el sitio Ideas Que Inspira (www.ideasqueinspiran.com) propone un decálogo para mejorar la relación entre profesores y alumnos:

«1.- Evita caer en incongruencias para no dar mensajes contradictorios a la vez. Por ejemplo, no transmitir una cosa con palabras y expresar lo contrario mediante la comunicación no verbal.

2.- Recuerda que encontrar un lugar y un momento apropiado es vital para determinadas comunicaciones.

3.- No escuches para únicamente responder. Es fundamental mantener una actitud de escucha activa y no pensar más en lo que vas a responder que en lo que te están diciendo. Así la comunicación será más fluida y mejorará.

4.- No sólo es lo que decimos sino cómo lo decimos. Evita usar palabras como “nunca” y “siempre“, no uses un vocabulario que no entienda tu interlocutor y utiliza preguntas abiertas para demostrar tu interés por el otro.

5.- La sinceridad es muy importante, pero recuerda que ser sincero no consiste en decir todo lo que se piensa, sino en no decir nunca lo contrario de lo que pensamos.

6.- Mostrar siempre una actitud de humildad, reconocer cuando nos hemos equivocado.

7.- Hay que saber ceder sin tratar de imponer siempre nuestra opinión o criterio y estar abiertos a la oportunidad de aprender de los demás.

consejos para mejorar la comunicación8.- Fomenta la empatía hacia tu interlocutor y pídele su opinión para demostrarle que te interesa lo que está diciendo.

9.- Evita juzgar los mensajes de tu interlocutor, acusar, exigir o faltar al respeto y cortar una conversación sin motivo, manteniendo una conversación sin alterarte emocionalmente.

10.- Es importante aprender a escuchar y aceptar lo que se dice de nosotros sin justificar excesivamente tus posiciones.

Obviamente, lo mejor será siempre prevenir el aparecimiento de conflictos.  Pero, dado el caso, el saber intervenir en ellos requiere algunas habilidades y conocimientos de estrategia escolar.

El portal Universia (noticias.universia.es) considera que «fomentar las buenas relaciones entre alumnos debe ser uno de los objetivos de la educación y una tarea en la que se impliquen los docentes», y lo hace considerando varios puntos, a saber:

  • «Los beneficios académicos de las buenas relaciones demuestran que debe ser uno de los factores a trabajar en las metodologías de aprendizaje.
  • El aprendizaje activo es una de las mejores formas de establecer y mejorar la relación entre compañeros.
  • El trabajo en equipo y las habilidades blandas son maneras fomentar las buenas relaciones entre alumnos y enseñarles otras formas de desarrollar su potencial».

Considerando todo esto, resulta importantísimo establecer estrategias de manejo de conflictos.  Entre los más empleados, de un tiempo acá, están  los círculos de diálogo y los círculos restaurativos.

Los círculos de diálogo son mecanismos basados en la honestidad y en el respeto, en el dar la oportunidad a los involucrados a dejar saber su situación, sus emociones, su postura respecto a una determinada situación; también, a ser partícipes de la solución de los problemas, a través de compromisos adquiridos.  Es imprescindible establecer una base de igualdad entre los involucrados, dando igual peso a las versiones de cada uno.  Aun si fuera evidente la agresión de una parte, los círculos de diálogo procuran un arreglo amistoso de la situación; para esto quien medie debe tener claro y dejar claro el propósito de la reunión.

Previo a los círculos de diálogo (dependiendo de la situación problema) podría establecerse reuniones previas individuales, para disminuir la carga emocional, especialmente de las víctimas.

Las experiencias de aplicación de círculos de diálogo son muy positivas y alientan a promover una cultura basada en valores y en el perdón, algo que -sin duda- ayuda a evitar la recurrencia de problemas, sobre todo si se logra que sea de corazón.

BIBLIOGRAFÍA:

La relación profesor-alumno en el aula

http://ideasqueinspiran.com/2015/11/18/10-consejos-para-mejorar-la-comunicacion-entre-docentes-y-estudiantes/

http://noticias.universia.es/educacion/noticia/2018/09/05/1161348/buena-relacion-alumnos-clave-rendimiento.html

http://www.consumer.es/web/es/educacion/escolar/2011/04/29/200337.php

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